Acá está William Omar Landrón Rivera con los mismos problemas que todo el mundo: el mutis global de los blackberrys y una gripe que le bajó un rato de su ritmo imparable (“tengo insomnio crónico y sólo duermo cuatro horas, que suele ser entre las 2 y las 6 de la mañana”).
No importa: dale Don Omar, dale con su postergado regreso a la Argentina (que pasó del Autódromo a Obras, por “cuestiones ambientales”). Montado a sus recientes hits, el puertorriqueño ha girado incansablemente. “Hace diez meses que me paso los fines de semana arriba de un escenario. Y aunque tengo muchos éxitos, gracias a Dios, no hay comparación con lo que hicieron Taboo y Danza Kuduro . Es lo más grande que me ha pasado en mi carrera”, dice por teléfono.
- Cuidado que acá te van a pedir “Pobre diabla” y “Salió el sol”.
Seguro! Y también Dale Don dale o Cuéntale o Hasta abajo . He visto niños de dos años bailando Pobre diabla . Pero deja que te cuente: estuve en Alemania y en Austria, ahí no hablan nada de español ni portugués. Y ver a un niño alemán de dos años cantando Taboo , es de un impacto social y cultural fuerte.
Seguro! Y también Dale Don dale o Cuéntale o Hasta abajo . He visto niños de dos años bailando Pobre diabla . Pero deja que te cuente: estuve en Alemania y en Austria, ahí no hablan nada de español ni portugués. Y ver a un niño alemán de dos años cantando Taboo , es de un impacto social y cultural fuerte.
Pero no sólo a los chicos de dos años les gusta Don Omar. Con sus colaboraciones de amplio espectro, más su participación en la Rápido y furioso , se globaliza en millones de clicks y ventas: ahora rescató la melodía de Llorando se fue (de Kaoma), la pegadiza lambada que fue en los ‘80s el primer baile de “sexo con ropa” antes del reggaetón: “Cuando tenía doce años, fue la canción que más escuché. Para mí era ‘el baile prohibido’. La gente en la discoteca bailaba con las luces bajas, porque nadie quería que lo vieran bailar así. Es importante para este servidor traer ese recuerdo a la gente”
